Hubo veces que me sentí en contacto con todo, sentí que no había más secretos, que ya conocía todas las posibilidades de lo posible, en ese momento me pregunté qué sentido tenía mi vida, si ya había realizado lo que tanto había buscado en años de diferentes estudios e indagaciones. Eso que buscaba como fin último lo había encontrado después de dejar toda búsqueda, ¿pero qué sentido tenía mi vida ahora?
A medida que seguía pensando me daba cuenta de que la sensación o intuición del conocimiento total se esfumaba, se iba como una gota de agua que se evapora.
Hubo veces en las que me sentí volver. ¿Volver de dónde? ¿De quién? ¿De cuándo? Volver de nada, sentí que había desparecido del mundo y que volvía a aparecer, volvía a ser, de repente todas las cosas se encajaban en su sitio, bajaban desde algún lugar y volvían a presentarse ante mí como cosas reales.
Hubo veces en las que me sentí fuera del tiempo, sencillamente estaba pensando en algo y hubo un apagón, pero nada se oscureció, un instante en que las cosas dejaron de sucederse, una quebradura vertical en el tiempo, el mundo destelló, saltó la púa en el disco de vinilo y de repente estaba haciendo algo lejos muy lejos atrás y volvió como cuando soltás una gomita muy estirada y te golpéa los dedos. Pero supe, sentí, intuí que había estado fuera del tiempo, había viajado.
¿Y esos viajes que hiciste, dónde fueron, qué viste?
No sé.
¿Cómo no sabés?
No sé y eso es lo mejor, no sé.
¿Por qué es lo mejor?
Está bien que no lo sepa porque fuera del tiempo fuera de la mente, no hay conocimiento. Yo te hablo con mi voz mental, con el lenguaje, que es un órgano de la mente y vos me entendés encastrando los bloques que yo te tiro, el cuadrado en el hueco cuadrado, el redondo en el redondo, el rojo en el rojo, el azul en el azul y así. Tu mente encaja las palabras en sus significados y todo va pasando en el fluir del tiempo, la mente funciona unida al tiempo.
¿Qué pasa fuera del tiempo? No sé, no hay conocimiento, no hay experiencia, no hay conocedor.
Ahora puedo ver todo este proceso de salidas y entradas como un nacimiento, el nacimiento hacia fuera del útero de la mente. El útero de la mente, un lugar que conocemos muy bien, un lugar que nos nutrió toda la vida y al que estamos muy acostumbrados. Pero creo que hay que salir, es un parto, parece difícil pero no lo es, es un parto y la cabeza está asomando por el aro de fuego. ¿Qué habrá del otro lado? No lo sé, no lo sé, pero quiero salir a la inmensidad.
No busques ningún sistema, porque no hay sistema. No sigas ningún manual porque no hay manual. Hay que enfrentarse a la incertidumbre, zambullirse en ella para ser parido de este útero. No es un parto de uno solo, se produce cuando se junta un pequeño grupo de personas y saltan en conjunto.
Y vos con quien saltaste, y yo con quien salto y cuan arriba hay que llegar....