Oh gran madre
selva de ladrillos
dejadme saltar de tus terrazas
y planear con rumbos desconocidos
arriba y abajo los desiertos verdes.
Oh pequeño
puedes irte cuando quieras
nosotras seguiremos aquí inundadas
de infinitas madreselvas sobre la piedra
el hombre desconocido no podrá encontrarnos.
Oh de la luz y oscuridad
si es el hombre quien construye
paso a paso las torres de su destino
y en el camino va dejando las profundidades
para no ver de un lado lo que oculta en otredades.
Oh de las lunas
que aquí yacen estampadas en la arena
los tiempos transparentes se diluyen en la nada
las canciones nos envuelven y el salto es un momento
que se pierde entre miradas.
Oh del misterio
la atracción de las señales
somos cuanto seguimos y escapamos
no sabemos lo de ayer no miramos el mañana
atrapamos la ilusión desechamos las canciones
pero esculpimos el bloque y terminamos otra morada.