| Permanganatos |
At 10/01/2006 4:00 p.m., 
Carpe diem
No sos el único, Ary, que ha descubierto a la felicidad de esa forma (sí sos único en tu manera de escribir, que vuelvo a halagar).
La expresión coloquial “me quedé mirando el techo” —y similares— tiene su origen en una antigua leyenda urbana con tintes tales a los por ti descritos. Felicidad... pareciera que su epifanía y los techos van de la mano. Voy a seguir contemplando el mío.
At 10/01/2006 4:41 p.m., Unknown
Lis: yo diría que vive escapándose...
Cuni: Gracias!!
Laura: vuelva y venga, saludos!
Persio: habrá que poner entradas en las salidas y ventanas en los caminos, abrzo!
Julia: el ladrón se escapó por la ventana, salut!
Separadas: A veces es impuntual, pero siempre vuelve, vuelve, gracias!
Carpe: Es que hay muchos epifenómenos que suceden en los techos, más cuando se cae la pintura. Me halagan sus halgagos.
At 4/01/2008 2:38 p.m., E
la felicidad decía el poeta "no es sino un leve deslizarse de remos en el agua..."
más silenciosa de lo quisiera, más tenue, más frágil, como la lluvia en la ciudad contaminada, volverá mañana, qué duda cabe?
cariños,