Amanece que no es poco
y se vio su platonismo
subir por el horizonte
de la garganta
del diablo
del Amazonas
hasta mi casa de pilotes
y soñar
las camas redondas
el mburucuyá con obscenidades
la partida flotante
dormida sobre los platos verdes
del Nilo
de las serpientes
las cobras nadando sobre el agua
la yarará espumosa
de pirámides en su negrura
de ritos
de templos de columnas derrumbadas
desde la ventana
dejar
colgar un brazo
y tocar el marrón de río
que se desplaza entre mis dedos.
Que agradable.... suena a calor tropical refrescado....